Rosa Chacel, La última batalla
La última batalla.Los creyentes estaban agolpados en la falda de la colina alrededor del Profeta. –Combatid a los infieles hasta que ni uno solo pueda dar lugar con su existencia a la tentación. Luchad...
View ArticleCarmen Martín Gaite, Con los maquis arriba en el cerro
Con los maquis arriba en el cerro.Me acuerdo que en la guerra fui con ella a escondidas, varias tardes, a llevarles comida a unos rojos del pueblo que andaban escondidos por política, los maquis los...
View ArticleLuisa Carnés, La chivata
La chivata I ¿Quién era? No podía ser la madre del niño recién nacido, de aquel niño de piel rosada, llena de arrugas, cuyos puñitos apretados eran los únicos puños que podían cerrarse ante las miradas...
View ArticleMercè Rodoreda, Mi Cristina y otros cuentos
El invierno era oscuro y liso, sin hojas; tan sólo con hielo, y escarcha, y luna helada. No podía moverme, porque andar en invierno es andar delante de todo el mundo y yo no quería que me viesen. Y...
View ArticlePatricia Esteban Erlés, El juego
El juego.Sigo castigada. Al asomarme a la puerta entornada de mi cuarto escucho el rumor de sus voces a través del hueco de la escalera. Mi madre solloza bajito, mi padre sube el tono cuando habla de...
View ArticleFrancisco Javier Guerrero, Radiación
Radiación.Volver a Prípiat. Aliviar las secuelas de aquella emboscada en el parque de atracciones. Ningún lugar muestra mejor que el presente es un espacio vacío. Todo el recinto está ahora invadido...
View ArticleItalo Calvino, Las ciudades y la memoria, 2
Las ciudades y la memoria, 2.Al hombre que cabalga largamente por tierras selváticas le acomete el deseo de una ciudad. Finalmente llega a Isadora, ciudad donde los palacios tienen escaleras de caracol...
View ArticleJavier García Cellino, La sonámbula
La sonámbulaYo había oído hablar de los sonámbulos, y de cómo se despiertan en sus sueños, pero nunca había visto a ninguno en un trance semejante. Por eso, cuando mi hermana Beatriz entró en el...
View ArticleMarta Rodríguez, Sin título
Aquel día de carnaval, pasaba por una calle que desconocía. El viento frío ondeaba mi falda y mi piel descubierta se erizaba. Mi cuerpo fatigado me suplicaba descansar, pero el miedo me pedía andar...
View ArticleRamón del Valle Inclán, El miedo
El miedo.Ese largo y angustioso escalofrío que parece mensajero de la muerte, el verdadero escalofrío del miedo, sólo lo he sentido una vez. Fue hace muchos años, en aquel hermoso tiempo de los...
View ArticleClarice Lispector, El muerto en el mar de Urca
El muerto en el mar de Urca.Yo estaba en el apartamento de doña Lourdes, costurera, probándome el vestido pintado por Olly, y doña Lourdes dijo: murió un hombre en el mar, mire a los bomberos. Miré y...
View ArticleRicardo Reques, Carretera de sierra
Carretera de sierra.Las serpenteantes carreteras de sierra siempre me han gustado más que las rectas autovías. Cada curva incierta es un paisaje nuevo. Cuando puedo elegir y el tiempo no me limita...
View ArticleSara Mesa, Arbolito
Arbolito.En realidad, casi todo lo que cuento trata de otra cosa.Quiero decir, parece que va de algo, pero hay otro algo detrás, agazapado, presto a saltar en el momento en que menos lo espero.Puede...
View ArticleRay Bradbury, El ruido de un trueno
El Ruido de un Trueno El anuncio en la pared parecía temblar bajo una móvil película de agua caliente. Eckels sintió que parpadeaba, y el anuncio ardió en la momentánea oscuridad: Safari en el Tiempo...
View ArticleRicardo Reques, Virus
Virus Todo ocurrió como lo habían pensado. Un virus de diseño acabaría solo con un pequeño porcentaje de la población mundial, pero inocularía el miedo. Era la excusa perfecta para defender la...
View ArticleRichard Matheson, Botón, botón
Botón, botón.El paquete estaba junto a la puerta —una caja de cartón sellada con cinta, la dirección y sus nombres escritos a mano: Señor y Señora Lewis, 217 E. calle 37, Nueva York, Nueva York, 10016....
View ArticleFlannery O’Connor, Un hombre bueno es difícil de encontrar
Un hombre bueno es difícil de encontrarLa abuela no quería ir a Florida. Quería visitar a algunos de sus conocidos en el este de Tennessee y no perdía oportunidad para intentar que Bailey cambiase de...
View ArticleMary Oliver, Alevines
Alevines.Miles de pececillos se mueven a lo largo de las orillas: un rebaño, un vuelo bajo el peso del agua, hundiéndose y elevándose, de espinazo lábil; sus aletas bogan, ínfimas y precisas; son...
View ArticleSara Gallardo, Los trenes de los muertos
Los trenes de los muertos.El rápido a Bahía Blanca arrastró al hijo del capataz de la cuadrilla que reparaba las vías. Era un hombre triste desde la muerte de su mujer; con esto se dio a beber.El hijo...
View ArticleStephen Vincent Benét, Junto a las aguas de Babilonia
Junto a las aguas de BabiloniaAl norte, al oeste y al sur hay buena caza, pero está prohibido ir hacia el este. Está prohibido ir a cualquiera de los Lugares Muertos, salvo en busca de metal, y quien...
View ArticleJulio Cortázar, La puerta condenada
La puerta condenada.A Petrone le gustó el hotel Cervantes por razones que hubieran desagradado a otros. Era un hotel sombrío, tranquilo, casi desierto. Un conocido del momento se lo recomendó cuando...
View ArticleAdolfo Bioy Casares, Un viaje o El Mago inmortal
Un viaje o El mago inmortalO cómo o para qué nos encantó nadie lo sabe.(Don Quijote, II, 22).Para alcanzar la muerte no hay vehículo tan veloz como la costumbre, la dulce costumbre. En cambio, si usted...
View ArticleJulio Cortázar, Historia con migalas
Historia con migalasLlegamos a las dos de la tarde al bungalow y media hora después, fiel a la cita telefónica, el joven gerente se presenta con las llaves, pone en marcha la heladera y nos muestra el...
View ArticleAntonio Tabucchi, Dama de Porto Pim
Dama de Porto PimTodas las noches canto, porque para eso me pagan, pero las canciones que has escuchado eran pesinhos y sapateiras para los turistas que están de paso y para aquellos americanos que se...
View ArticleLara de Agua, Son como pájaros
Son como pájarosvienen a buscarmeno entiendocómo pueden hacerse tan pequeñosentrar por mis ojosllegar hasta mi sangre beber de ellacuidarme a su maneradesde dentrocómo pueden,y la cosa siguesalgo de...
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