La oveja negra, Augusto Monterroso
La oveja negraEn un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.Fue fusilada.Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.Así, en lo...
View ArticleSoy el hermano de XX, Fleur Jaeggy
Soy el hermano de XXSoy el hermano de XX. Soy el niño del que en aquel entonces hablaba ella. Y soy el escritor del que ella nunca ha hablado. Tan sólo mencionado. Mencionó mi cuaderno negro. Escribió...
View ArticleCatherine de Noche, Ricardo Reques
Catherine de NocheMe gusta verla así de noche, recostada desnuda sobre las sábanas blancas o paseando a oscuras por la habitación, con su cuerpo radiante y el corazón rojo palpitando.De día Cate es una...
View ArticleMi jockey, Lucia Berlin
Mi jockeyMe gusta trabajar en Urgencias, por lo menos ahí se conocen hombres. Hombres de verdad, héroes. Bomberos y jockeys. Siempre vienen a las salas de urgencias. Las radiografías de los jinetes son...
View ArticleCarrera inconclusa, Ambrose Bierce
Carrera inconclusaJames Burne Worson era zapatero, habitante de Leamington, Warwickshire, Inglaterra. Era propietario de un pequeño local, en uno de esos pasajes que nacen de la carretera a Warwick....
View ArticleA contratiempo, Antonio Tabucchi
A contratiempoOcurrió así:El hombre había embarcado en un aeropuerto italiano, porque todo empezaba en Italia, y que fuera Milán o Roma era secundario, lo importante es que fuese un aeropuerto italiano...
View ArticleLa aventura, Manuel Moya
La aventuraUna vez alcanzado su objetivo, se verá usted en una especie de catedral oscura en la que, sin embargo, todo le parecerá iluminado por una sensación extraña que a falta de otra palabra más...
View ArticleEl guardagujas, Juan José Arreola
El guardagujasEl forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera...
View ArticlePaisajes de soledad
«Abre bien los ojos, mira». Con esta cita de Julio Verne arranca el volumen de José María Martín construido con diecinueve textos que descubren la inmensidad de algunos paisajes y la soledad de quienes...
View ArticleLa belleza de lo efímero
Las palabras que describen lo efímero han de ser livianas como las plumas de un pájaro que se desprenden cuando es perseguido por un gato, como los pétalos de una flor que descansa sobre un jarrón o...
View ArticleLa rebeldía de lo absurdo
Rescato una frase de los diarios de Ionesco que dice: «Lejos de nosotros las constelaciones, el azul infinito, la alegría sin límites, la fiesta». Así son las vidas de los protagonistas de los cuentos...
View ArticleRaymond Carver, Vecinos.
VecinosBill y Arlene Miller eran una pareja feliz. Pero de vez en cuando se sentían que solamente ellos, en su círculo, habían sido pasados por alto, de alguna manera, dejando que Bill se ocupara de...
View ArticleSaki, El cuentista
El cuentistaEra una tarde calurosa y el vagón del tren también estaba caliente; la siguiente parada, Templecombe, estaba casi a una hora de distancia. Los ocupantes del vagón eran una niña pequeña,...
View ArticleJulio Ramón Ribeyro, El banquete
El banqueteCon dos meses de anticipación, don Fernando Pasamano había preparado los pormenores de este magno suceso. En primer término, su residencia hubo de sufrir una transformación general. Como se...
View ArticleJohn Cheever, El nadador
El nadadorEra uno de esos domingos de mitad de verano en que todo el mundo repite: «Anoche bebí demasiado». Lo susurraban los feligreses al salir de la iglesia, se oía de labios del mismo párroco...
View ArticleThomas Bernhard, El imitador de voces
El imitador de vocesEl imitador de voces, que ayer por la tarde fue huésped de la Asociación de Cirujanos, se mostró dispuesto, después de su representación en el Palais Pallavicini, al que lo había...
View ArticleClarice Lispector, El primer beso
El primer beso.Los dos más susurraban que hablaban: hacía poco que habían comenzado el noviazgo y ambos andaban tontos, era el amor. Amor y lo que conlleva: los celos.— Está bien, me creo que soy tu...
View ArticleNathaniel Hawthorne, Wakefield
WakefieldRecuerdo haber leído en alguna revista o periódico viejo la historia, relatada como verdadera, de un hombre ―llamémoslo Wakefield― que abandonó a su mujer durante un largo tiempo. El hecho,...
View ArticleJorge Luis Borges, El acercamiento a Almotásim
El acercamiento a AlmotásimPhilip Guedalla escribe que la novela The Approach to Al-Mu'tasim del abogado Mir Bahadur Alí, de Bombay, «es una combinación algo incómoda (a rather uncomfortable...
View ArticleEudora Welty, La llave
La llaveLa sala de espera de la pequeña y remota estación estaba en silencio, a no ser por el sonido nocturno de los insectos. Se podían escuchar, entre la hierba, afuera, sus movimientos que bordaban...
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