Mijaíl Bulgákov, Un ojo desaparecido
Un ojo desaparecidoAsí pues, había transcurrido un año. Justamente un año desde el momento en que llegué a esta misma casa. También entonces colgaba una cortina de lluvia detrás de las ventanas y...
View ArticleLas Bibliotecas Imposibles
El universo de Borges, su biblioteca de Babel, está formada por galerías hexagonales en las que, en cuatro de sus caras, se disponen anaqueles repletos de libros distribuidos de forma uniforme. En el...
View ArticleStig Dagerman, Los juegos de la noche
Los juegos de la nocheA veces, por la noche, cuando la madre llora en el cuarto y sólo pasos desconocidos resuenan en las escaleras, Ake tiene un juego que juega en vez de llorar. Finge ser invisible y...
View ArticleHistoria de lo fantástico
La editorial Iberoamericana-Vervuert, especializada en libros académicos de humanidades, ha publicado con gran acierto Historia de lo fantástico en la cultura española contemporánea (1900-2015)....
View ArticleMedardo Fraile, No hay prisa en abrir los ojos
No hay prisa en abrir los ojosTras las cortinas se adivinaba ya la luz aún manchada de sombras, pero serían –pensó– las ocho, la hora de levantarse, como todos los días de su vida. ¿Por qué? Se removió...
View ArticleZorros plateados
El instinto de supervivencia muestra lo mejor y lo peor del ser humano, pero la sensación de que todo se confabula para hacernos sentir desamparados hace aflorar afectos que pueden dar algo de sentido...
View ArticleAdolfo Bioy Casares, El calamar opta por su tinta
El calamar opta por su tintaMás ocurrió en este pueblo en los últimos días que en el resto de su historia. Para medir como corresponde mi palabra recuerden ustedes que hablo de uno de los pueblos...
View ArticleVictor Balcells, Homenaje a Ionesco
Homenaje a Ionesco—Mi abuelo tenía, del lado materno, un sobrino que había sido diplomático en el Congo. Allí estuvo casado con una indígena que transportaba agua, cuyos hijos fueron mestizos colonos...
View ArticleIgnacio Aldecoa, Los bisoñés de don Ramón
Los bisoñés de don RamónÉl era rubito, gordito, culoncito. Su madre era muy buena cristiana y su padre muy trabajador. Se llamaba Ramón Martínez García, aunque familiarmente lo disminuyesen con un...
View ArticleMarguerite Yourcenar, Aquiles o la mentira
Aquiles o la mentiraHabían apagado todas las lámparas. Las sirvientas, en la sala de abajo, tejían a ciegas los hilos de una inesperada trama, que se convertía en la de las Parcas; un inútil bordado...
View ArticleMarcel Schwob, Crates, cínico
Crates, cínicoNació en Tebas. Fue discípulo de Diógenes y también conoció a Alejandro. Su padre, Ascondas, era rico y le dejó doscientos talentos. Un día fue a ver una tragedia de Eurípides y se sintió...
View ArticleNikolái Gógol, El capote
El capoteEn el departamento ministerial de **F; pero creo que será preferible no nombrarlo, porque no hay gente más susceptible que los empleados de esta clase de departamentos, los oficiales, los...
View ArticleItalo Calvino, La aventura de un matrimonio
La aventura de un matrimonioEl obrero Arturo Massolari hacía el turno de noche, el que termina a las seis. Para volver a su casa tenía un largo trayecto que recorría en bicicleta con buen tiempo, en...
View ArticleJames Baldwin, Una lección de humildad
Una lección de humildadCierto día el califa Harun al Raschid organizó un gran banquete en el salón principal de palacio.Las paredes y el cielo raso brillaban por el oro y las piedras preciosas con las...
View ArticleElena Garro, El anillo
El anilloSiempre fuimos pobres, señor, y siempre fuimos desgraciados, pero no tanto como ahora en que la congoja campea por mis cuartos y corrales. Ya sé que el mal se presenta en cualquier tiempo y...
View ArticleRoberto Arlt, La luna roja
La luna rojaNada lo anunciaba por la tarde.Las actividades comerciales se desenvolvieron normalmente en la ciudad. Olas humanas hormigueaban en los pórticos encristalados de los vastos establecimientos...
View ArticleFrancisco Ayala, El Inquisidor
El Inquisidor¡Qué regocijo! ¡qué alborozo! ¡Qué músicas y cohetes! El Gran Rabino de la judería, varón de virtudes y ciencia sumas, habiendo conocido al fin la luz de la verdad, prestaba su cabeza al...
View ArticleHenry James, La edad madura
La edad maduraAquel día de abril era templado y luminoso, y el pobre Dencombe, feliz en la presunción de que sus energías se recuperaban, estaba parado en el jardín del hotel, comparando los atractivos...
View ArticlePrólogo del libro de relatos: Cuentos de la biblioteca viva
Quint Buchholz El embarcaderoEl embarcadero: prólogo de un viajeUna antigua máquina de escribir, unos folios y una cajetilla de tabaco reposan sobre un solitario embarcadero de madera. Unas gaviotas,...
View ArticleJack Finney, El maravilloso adjetivero de mi primo Len
El maravilloso adjetivero de mi primo Len.Mi primo Len encontró su maravilloso adjetivero en una casa de empeños. Suele visitar las casas de empeño de la Segunda Avenida porque, según dice, son un...
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